
La empresa es la nueva madre que nos acuna pero si somos malos nos repudiará y no podremos volver a sus brazos de la misma manera, prefiero ser huérfana que vender mi alma en una opa hostil. Mientras los comunismos cuentan los últimos minutos que les quedan, el liberalismo nos promete vivir hipotecando sueños con altos tipos de interés, vacaciones a la sombra de incentivos, y después síndrome de brazos cruzados.
No creo en el clima de empresa, ni en sillas ergonómicas que no impiden trepar en hombros ajenos, en sonrisas forzadas con fórceps, pirámides donde los gritos se vuelven mudos, ¿Podría darme un adelanto de esperanza por favor? No, usted no ha cotizado lo suficiente y no le corresponde nada, póngase en esa cola, es para las ayudas compensatorias. Amar entre el asfalto es la salvación pero los precios están por las nubes, las ilusiones vuelan alto, ¿un salto? Mañana será otro día
No creo en el clima de empresa, ni en sillas ergonómicas que no impiden trepar en hombros ajenos, en sonrisas forzadas con fórceps, pirámides donde los gritos se vuelven mudos, ¿Podría darme un adelanto de esperanza por favor? No, usted no ha cotizado lo suficiente y no le corresponde nada, póngase en esa cola, es para las ayudas compensatorias. Amar entre el asfalto es la salvación pero los precios están por las nubes, las ilusiones vuelan alto, ¿un salto? Mañana será otro día
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