martes, abril 24, 2007

Me pregunto qué tendrá el poder que es tan deseado, tan sutilmente implícito en todas nuestras relaciones... porque aunque no lo creamos, como dice Foucault :

"Estas relaciones aparecen en todos y cada uno de los ámbitos en los cuales nos movemos; en los espacios de trabajo generando tensiones; en el espacio familiar, en las relaciones de pareja, en la mal llamada " intimidad ".

Están presentes en cualquier ámbito, ya sea público o privado son una presencia constante siempre en juego, continuamente en movimiento. El poder es lo que pulsa toda relación. Los espacios cotidianos se convierten en espacios de guerra, en espacios estratégicos; en ellos los enfrentamientos, luchas y tensiones son constantes y aparentemente sin sentido. Sin embargo, si sometemos a análisis esas relaciones cotidianas la mayoría de las veces connotadas por lo vulgar y lo mezquino, nos damos cuenta que poseen una lógica, que responden a un tipo de racionalidad"

En un pequeño microcosmos, es increíble cómo se puede manifestar el poder... la supervisora con mi compañera, la prepotente que llama, conmigo; yo después con la del servicio técnico del portátil... Y en el medio del ejercicio y la resistencia, cara oculta de la moneda del poder,

-
propiedad que tiene todo cuerpo de reaccionar o de oponer una fuerza en sentido contrario y semejante a la acción de otro cuerpo -

nos seguimos relacionando, buscando esa libertad que a veces creemos que perdemos, o ese poder que en ocasiones anhelamos... y es que aunque creamos que vivimos en la era demócratica, seamos sinceros, si nos peleamos hasta por el mando!! (a distancia quería decir)