lunes, mayo 28, 2007

Llego a la tienda indignada y le digo al dependiente que había abierto la lata esa mañana y aquello no olía nada bien. - Tampoco lo he comprado hace tanto y mire como está. - A ver, déjeme ver. Pues sí, la verdad que no tiene muy buena pinta. Claro, que usted tenía que haber tenido en cuenta que estaba señalado claramente como producto perecedero. - Pero, ¿cómo? ¿perecedero? en casa siempre me dijo mi madre que daba igual abrirlo tarde o temprano. - Ya, a mí también la mía, pero eso eran otros tiempos, las latas de Sueños se fabricaban antes con mejores materiales (suspiro de viejos tiempos añorados). Lo que puedo hacer es cambiársela por un manojo de Conformismos que hoy han venido frescos y ya casi no me quedan. (fruncido de ceño no sabemos muy bien por qué) - ¿Y cómo se preparan? He oído que crudos entran mejor. - Si le digo la verdad, se cocinan bastante con esta salsa de Realidad que es un poco picante, eso sí, si tiene problemas de estómago, tenga cuidado. - Sí, sí, ya la probé y no me sentó nada bien... - Mire, ande, venga por aquí, que detrás de la trastienda tengo Reductos para gente como usted. Seguro que se acordará de estos sabores... ya sólo saben hablar de Nouvelle Cuisine... - Pero, y todo esto que está aquí... ya no lo venden en las tiendas. - No, soy de los únicos que lo sigue teniendo, aunque ya nadie lo quiere... los sabores neutros, el minimalismo, ya sabe... - Creí que nunca volvería a ver estos sobres de Inocencia, !increíble! - Llévese alguno si quiere, nunca viene mal beberse algún vasito. - Gracias, cuídese, volveré pronto.