domingo, octubre 21, 2007

Para qué sirven los domingos. Para dormir y soñar con ovejas eléctricas (porque en el sueño eres una androide). Te descubres en el espejo una cana pero como es domingo las peluquerías están cerradas y el cambio de look tiene que esperar para otro día. Ves niños por la calle y te apetece ser madre para ir a la tienda de juguetes y comprar Legos y marionetas de mano pero ni encuentras madre ni perro que te ladre. Los domingos tienen ese aire de tristeza pero de calidez que te gustaría compartir con la persona que amas. El final de algo para dar paso a lo que empieza. Promesas esperadas con proyecto de cumplirse. El eterno retorno. Descanso para retomar fuerzas.
Me tumbo y pienso que me gustaría hacer un cambio en mi vida. Pero la sutilidad es revolución. Piénsame y te sentiré. Si la telepatía funcionase las compañías de móviles se arruinarían y no escatimaríamos en palabras mensajes ni en maneras de decir te quiero inferiores a 160 caracteres. Quiero batir las alas y mirar desde arriba las calles buscándote. Me posaré en tu ventana un domingo de madrugada. Mientras duermes.