lunes, mayo 07, 2007

Cuento Zen

La idealista y la pragmática iban caminando por un bosque conversando animadamente hasta que de repente, pragmática dice a idealista: ¡Hemos perdido el rastro del camino!¡Nos hemos perdido! Idealista trata de tranquilizar a pragmática diciéndole que seguramente encontrarían a alguien que les indicara de nuevo como volver al camino, pero pragmática contesta que las probabilidades de encontrar a alguien en un bosque recóndito eran casi inexistentes, y que probablemente morirían de sed y hambre allí mismo; mientras pragmática intenta reconstruir el camino por el que habían llegado hasta allí, idealista mira al cielo y ve una columna de humo a lo lejos, y le dice a pragmática que la sigan con esperanza de encontrar la salida, pero pragmática insiste en que intenten volver sobre sus pasos por el camino seguro, e idealista le hace caso al verla sensata, pero vuelven a perderse hasta que se cruza en su camino un leñador al que piden ayuda y que les lleva hacia su casa sanas y salvas y les ofrece una taza de té. Y allí, al calor de la chimenea, ambas supieron que el valor de los sueños era alimento para sus almas.

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