miércoles, marzo 07, 2007

Cuando iba al colegio, me imaginaba que la vida adulta sería como un mundo fantástico donde poder pensar, hacer y decir lo que quisieras... leía a Henry Miller con 14 años y me imaginaba en esas calles de París hasta que mi madre me pillaba y Saint-Germain-des-Près se esfumaba...

Cuando vas al colegio todo parece más fácil pero también es difícil, ¿qué quieres ser de mayor?si en esos años hubiera sabido que significaba era tecnológica, oferta-demanda, o la Ley de Murphy, probablemente esa pregunta habría tenido más sentido... pero tu sólo quieres ser mayor y ya, llegar a los 20 como un logro en sí mismo y no tener hora de llegada, yo no sé si quise ser mayor demasiado rápido demasiado pronto, pero mis urgencias por vivir me hicieron irme de casa, abandonar cosas, y a veces me pregunto si fueron decisiones adecuadas, o simplemente era el único camino que me llevaría a lo que soy ahora (no se si a mis neurosis y traumas también)

Y aquí estoy en la crisis de los 30 (real o ficticia) intentando comprender qué demonios tengo que hacer o que se espera de una individua, psicóloga, mujer, Esther, todas esas cosas que soy y que me hacen estar en el mundo de esta manera... mientras tanto leo a Saramago, escribo este blog, compito en el carril bici, hablo con cuki, me duermo escuchando a alguien especial, escucho chill-out, hago spinning, me río con chistes tontos, busco un trabajo que me guste de verdad, y llamo a mi madre porque si no luego dice que no me acuerdo de ella... la verdad es que el viaje no está del todo mal, el destino francamente poco importa (o eso creo), carpe diem (y me lío la manta a la cabeza)