- Lo que menos le gustaba de los viajes eran esos momentos, parecía interminable la lista de cosas, de objetos imprescindibles, o no, que siempre debía llevar uno en el equipaje, pero quizás lo que verdaderamente pesaba era ese dolor sutil, fino, que tienen las despedidas... hizo hueco entre la ropa y con cuidado lo posó suavemente, todavía latiendo, no era la primera vez, pero sí que en esta ocasión, el viaje iba a ser más delicado... en la siguiente estación con suerte podría descansar. Y seguir hacia adelante. -
viernes, agosto 29, 2008
jueves, agosto 28, 2008
AMANTES
Se amaban. No estaban solos en la tierra;
tenían la noche, sus vísperas azules,
sus celajes.
Vivían uno en el otro, se palpaban
como dos pétalos no abiertos en el fondo
de alguna flor del aire.
Se amaban. No estaban solos a la orilla
de su primera noche.
Y era la tierra la que se amaba en ellos,
el oro nocturno de sus vueltas,
la galaxia.
Ya no tendrían dos muertes. No iban a separarse.
Desnudos, asombrados, sus cuerpos se tendían
como hileras de luces en un largo aeropuerto
donde algo iba a llegar desde muy lejos,
no demasiado tarde.
Eugenio Montejo
miércoles, agosto 27, 2008
sábado, agosto 23, 2008
Después de un tiempo
uno aprende la sutil diferencia
entre sostener una mano
y encadenar un alma
y uno aprende...
que el amor no significa recostarse,
y una compañía no significa seguridad.
Y uno empieza a aprender...
que los besos no son contratos
y los regalos no son promesas
y uno empieza a aceptar sus derrotas
con la cabeza alta y los ojos abiertos,
y uno empieza a construir
todos sus caminos en el hoy,
porque el terreno de mañana
es demasiado inseguro para planes...
Y los futuros tienen una forma de caerse en la mitad...
Y después de un tiempo
uno aprende que, si es demasiado,
hasta el calorcito del sol quema.
Así que planta su propio jardín
y decora su propia alma,
en lugar de esperar a que alguien
le traiga flores.
Y uno aprende
que realmente puede aguantar,
que uno realmente es fuerte,
que uno realmente vale.
Y uno aprende y aprende...
Y con cada adiós uno aprende.
J.L. Borges
uno aprende la sutil diferencia
entre sostener una mano
y encadenar un alma
y uno aprende...
que el amor no significa recostarse,
y una compañía no significa seguridad.
Y uno empieza a aprender...
que los besos no son contratos
y los regalos no son promesas
y uno empieza a aceptar sus derrotas
con la cabeza alta y los ojos abiertos,
y uno empieza a construir
todos sus caminos en el hoy,
porque el terreno de mañana
es demasiado inseguro para planes...
Y los futuros tienen una forma de caerse en la mitad...
Y después de un tiempo
uno aprende que, si es demasiado,
hasta el calorcito del sol quema.
Así que planta su propio jardín
y decora su propia alma,
en lugar de esperar a que alguien
le traiga flores.
Y uno aprende
que realmente puede aguantar,
que uno realmente es fuerte,
que uno realmente vale.
Y uno aprende y aprende...
Y con cada adiós uno aprende.
J.L. Borges
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