Parece que después de la tempestad viene la calma, y que tras el tsunami post-lunático de la semana pasada las aguas vuelven a su cauce, me quedan 3 días para las vacaciones, y hoy tengo una entrevista para un trabajo que por fin me interesa y me hace creer todavía que las ilusiones tienen alas... aunque a veces me gustaría ser pez para no ahogarme; o al menos, haber nacido con un pan bajo el brazo por eso de que lo primero que se quema son los hidratos de carbono...
Pero en realidad me gustaría dedicarme a crear poemas visuales con música lisérgica de fondo para corazones naúfragos; es curioso que mucha gente coincida en que soy amante de la belleza (que dicen está en el interior), pero yo sigo afirmando que lo estético fuera tiene su correspondiente correspondencia en lo interno (véase órganos, fluidos, etc.), claro, muchas veces me planteo si lo bello es universal, y surge el eterno debate (interno) Yo me emociono con lo bello, sí, pero íntimo, sencillo, primordial, único, que me corta la respiración, que me mueve las entrañas, que no me deja pensar, que me hace hacer, que te piense, te siga, te espere...
Las lágrimas asoman por mis ojos, y el acto final me sobrecoge